"Simplemente les invito a que recorran estas historias, se acerquen a su librería más cercana, pierdan el miedo a entrar y se arriesguen a descubrir a esos nuevos amigos que, seguro, tendrán una sorpresa esperando por ustedes en sus estantes".nnMarco Giraldo BarretonnTras la publicación de Ellas editan, un tremendo ejercicio por documentar la tarea de una vientena de editoras colombianas, las investigadoras Margarita Valencia y Paula Andrea Marín, a la que se suma en este libro Ana María Agudelo, emprendieron el camino hacia esos espacios que son el oasis para los lectores, pero que son, a veces, temidos por quienes no están familiarizados con las librerías. En este libro se reúnen quince testimonios de libreras y libreros colombianos que han mantenido la esperanza de que se puede vivir u2013en todos los sentidosu2013 de los libros. Como dice el editor Marco Giraldo "en estas entrevistas nos enteramos de primera mano de su vulnerabilidad: el riesgo financiero de montar una librería, las dificultades de mantener unos ingresos económicos mínimos en un país en el que el precio de los libros excede la capacidad adquisitiva de la mayoría. Esta vulnerabilidad se convierte en una herida mortal si tenemos en cuenta, como se ha dicho recientemente, que casi el 60 % de la población con vinculación laboral en el país gana un salario mínimo o menos, así que el porcentaje de quienes ganan más que eso se reduce dramáticamente. En Colombia seguro tiene una mayor prioridad el mercado que un libro, pues alimentar el cuerpo resultará siempre más urgente que alimentar el espíritu o el intelecto. u00bfCómo se piensa, se tiene esperanza o se tiene fe si el estómago no está lleno? A la luz de esta inmensa dificultad, resultan aún más sorprendentes las historias que hay detrás de cada uno de estos proyectos, la manera como empezaron, los aprendizajes y las virtudes de todas aquellas personas que hacen que los libros lleguen a los lectores, los esfuerzos que deben hacer y, en especial, la constancia y disciplina que hay detrás de cada librero o librera, sin importar el perfil de su librería".