«La niña protagonista de Prohibido salir a la calle, primera novela de Consuelo Triviño Anzola, Clara Osorio, tiene la capacidad de ver más allá del mundo de las apariencias, de las convenciones sociales, descubriéndonos las desgarradoras contradicciones que crean incertidumbre y destrozan la noción de felicidad que se nos vende desde las instituciones». Darío Ruiz Gómez, Letras Hispanas, vol. 7, nº 1, 2010
Bogotá, años sesenta. Una ciudad que comenzaba a crecer de manera desmesurada. Una niña que a través de su voz da cuenta de una familia y de sus personajes. Una novela que podría enmarcarse dentro de eso que se llamó novelas de formación, pionera en el ámbito literario colombiano por su particular mirada y la singularidad y belleza de su prosa.
La escritura de Consuelo Triviño es un parto literario libre y desesperado, es un intento de ficción testimonial a la que se le escapan, mezclados con la tinta, abes familiares de origen. Una voz en primera persona que retrata el panorama gris, desconcertante y de continuos cambios, desde la mirada inocente y llena de preguntas de una niña, María del Rosario Parada, Universidad de Antioquia.
«Prohibido salir a la calle cuestiona la imagen de la familia nuclear y feliz reafirmada por la clase burguesa colombiana, una imagen que ha servido para cohesionar una visión de nación homogénea, pero desconocedora de la diversidad y, obviamente, provocadora de angustias en quien proviene de un núcleo familiar diferente. Al mismo tiempo, denuncia una situación que afecta al desarrollo de la personalidad de muchos colombianos, y más allá de los acercamientos psicológicos que este hecho podría entrañar, me interesa destacar la afiliación a un discurso de género en relación a la cuestión de la ausencia del padre en la familia», Concepción Bados Ciria, «Consuelo Triviño: una narradora trasatlántica», Revista Hispanoamericana, Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras, nº 3, 2013