Cuántas veces nos topamos en la calle con ese adolescente vendedor de limones sin imaginar siquiera la complejidad del drama que lo acompaña? Ese es Renato Tejero, un niño que crece bajo la tiranía de un padre maltratador, jugador y alcohólico, una madre abnegada y un hermano, que a su manera, repite el modelo del padre. Pero Renato es diferente y le gusta el ajedrez, dato para nada menor en la vida de quien logra salir de una oscura realidad y abrirse camino a través de un juego que le muestra, de la mano de la casualidad, que hay otros mundos y otros seres humanos con quienes sí se puede alcanzar una vida digna.