Después de varios años malviviendo en París, Pedro Cadavid regresa a Medellín a trabajar como profesor universitario, y se encuentra con una ciudad conmocionada. Acaba de ocurrir Orión, el operativo con el que las fuerzas estatales recuperaron el control de la Comuna 13, y en todos los rincones se sienten los estragos: hay muertos y desaparecidos, pero también hay celebración por el supuesto fin de la criminalidad.
Cadavid padece esa doble Medellín: se acerca al sufrimiento de las víctimas, y nota al tiempo cómo se aplaude una ofensiva semejante, aun cuando en ella se hayan infiltrado los grupos paramilitares y el narcotráfico.
"Pablo Montoya confronta a una sociedad indolente que tolera y patrocina la ignominia hasta hacerla cotidiana, y nos recuerda lo urgente de un diálogo con las sombras de los muertos anónimos, con las voces apagadas en las estadísticas que, sin embargo, para algunos todavía resuenan frescas y familiares en sus recuerdos".
Gilmer Mesa