Ciprian Vãlcan ha labrado una reputación de complejo domador de taxonomías y registros desde sus primeros volúmenes publicados. El filósofo a veces juega inocentemente, a veces con aspereza, pero siempre se mantiene dentro del perímetro del mundo, no lo desprecia, no destruye sus telas transparentes, trampas y artimañas. No solo le complace escribir, sino también desentrañar el mundo y reconstruirlo a través de extraños, cómicos y completamente antinaturales acontecimientos que llegan ante sus ojos. La habilidad para ver más allá de las superficies y de los colores, así como la de reorganizar paisajes culturales, personajes y cronologías, forman parte del arsenal único de un escritor original y difícil de encasillar.