Francisco Tulande, en El último duelo y otras crónicas, presenta episodios de vida y muerte que permearon la sociedad de nuestro tiempo: un duelo entre yerno y suegro en la Cartagena de los años 70; la tragedia étnica de Ruanda, una nación africana víctima del colonialismo y la indiferencia; un hombre que se perdió en el horror de la droga; los sueños frustrados de un médico que huye de su tierra tratando de esquivar la violencia, y la extraña suerte de Lerma, un pueblo del Cauca que se hundió en el fango del narcotráfico y el alcohol, y luego revivió de las cenizas. Los periodistas son, como ya se ha dicho tantas veces, los notarios de la historia. Los que dan fe y registran la minucia de cada día. No tengo la menor duda de que los historiadores del futuro, cuando quieran saber cómo éramos y qué hacíamos, van a acudir a los archivos de periódicos y revistas, a las grabaciones de la radio, a las cintas de televisión. Tulande lo sabe y, por eso, cumple con este libro la parte que le corresponde de tarea en ese cometido [...] Estos relatos vibrantes, de prosa tensa y al mismo tiempo melodiosa, sonora, casi metálica, como las cuerdas de un violín, confirman la validez de aquella sentencia de Arnold que García Márquez solía repetir en sus maravillosos años de reportero: El periodismo verdadero no es más que literatura hecha a la carrera". Juan Gossain