La realidad que habitamos y que nos rodea, independientemente del nombre que le demos (naturaleza, espacio, sujetos, cosas, etc.), ha perseguido y persigue como un fantasma al derecho. Así, por ejemplo, el siglo xviii fue testigo del movimiento rápido de la empresa colonizadora alrededor del mundo. Los poderes imperiales expandieron sus territorios y diversificaron sus estrategias de explotación de los recursos naturales. Los colonizadores tuvieron que balancear categorías y sistemas de propiedad, soberanía y recursos. En el proceso, las sociedades fueron desplazadas, las geografías rehechas y las ecologías re-arregladas: emergió una nueva estructura espacial de la relación entre el derecho y el espacio. Y, sin embargo, la relación entre el derecho, el espacio y el poder ha sido casi periférica para los estudios legales y de historia legal y política.n