u00abFernando Solarte Lindo tuvo siempre un espíritu juguetón, perspicaz, que detecta lorngracioso y grato de la existencia, sin perjuicio de ser totalmente consciente de la durezarnde la vida para la mayoría. Su respuesta ante estos claroscuros del mundo siempre fue larnsolidaridad, la decenciau00bb. Esta es la forma como Eduardo Gómez Cerón, prologuista derneste libro, describe al autor de Catalejo, destacado escritor payanés de la segunda mitadrndel siglo XX que estuvo siempre a medio camino entre el derecho, el periodismo y larnliteratura. Esta antología incluye el libro de cuentos Blando cielo de la tierra dura (1986), Elrnhombre con cola de león: leyendas indígenas de Colombia (1980), la novela infantil Frisco yrnPepe Noche, con los dioses un derroche, (2002), y treinta y cuatro artículos de prensa. Enrnlos textos aquí recogidos puede entenderse plenamente aquello que Fernando SolarternLindo decía acerca del ministerio del escritor: u00abElabora ficciones no por simplernentretenimiento sino acuciado por el afán de indagar acerca del hombre y su destino, enrnun análisis de profundidad, en ejercicio de su magno e incansable proceso de exploraciónrny descubrimientou00bb.