Joven es, con fresquísimo rostro y delicadas maneras de adolescente, el novel autor, y muy suyos y como tales por él mismo declarados, los pensamientos que llenan las páginas del libro ( ) No pienso yo que González se haga el viejo o finja haber envejecido, ni tampoco que esto último le haya pasado en realidad: lo que me parece es que se cree él llegado a interior vejez prematura, a causa de amargores que el ejercicio demasiado temprano de ciertas facultades del espíritu le ha puesto más que en el corazón en el cerebro.