Juliana, una dinosauria muy curiosa y amigable, a veces un poquito desordenada, olvidó usar el casco para montar bicicleta y tras sufrir un accidente ocurrió algo muy raro: dejó de ver la mitad del mundo. Sólo usa un zapato. Sólo pinta la mitad de las cosas. Sólo se come la mitad de la comida. Para entender lo que pasa con su cerebro va a necesitar la ayuda de un gliptodonte que estudió neurología.