?El fútbol, para ser serio, tiene que ser juego?. De esta manera explicaba Panzeri hace 45 años el ocaso de lo lúdico y el establecimiento de la industria futbolística. La presente obra constituye una crítica a la modernidad desde dentro del campo. Una crítica a la parafernalia del espectáculo, del periodismo, del intelectualismo, de la falsa profesionalización del deporte, que nombra las cosas de forma complicada para que parezcan nuevas. Por más orden que busquemos, por más ciencia que hagamos, el partido se decidirá por el arte de lo imprevisto, y porque el chico del barrio se despertó con buen pie.