En una ciudad en descomposición, el fuego no es redentor ni renacido, sino un iluminador de los aspectos más oscuros y un agravante de sus sombras. Ramírez, un hombre común y corriente, se verá arrastrado por su trabajo hacia los rincones más perversos de Bogotá. Sin embargo, la corrupción se extiende más allá de la urbe, tejiendo su telaraña en el tiempo y el espacio, llegando a alcanzar niveles históricos de la nación. Pero Ramírez, lejos de ser un santo, no se quedará al margen y buscará su propio beneficio en esta situación sombría.
Una novela donde los aspectos más inquietantes no son forjados por la mente del autor. Son hechos de la vida real.