Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una u00abceguera blancau00bb que luego se propaga de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse a lo más primitivo de la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a toda costa. Con esas premisas, José Saramago traza una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos de crisis. También, en el cruce de la literatura y la sabiduría, nos exhorta a los lectores a cerrar los ojos y ver más allá de las evidencias. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es, además, una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad. La crítica ha dicho: u00abUna metáfora que, cuando se publicó, lo mismo podía valer para el sida que para el abandono de los mayores. En esta novela, la ceguera llega sin avisar y produce un deslumbramiento blanco permanente. De nuevo, desfilan lo mejor y lo peor de la especie. Como en las guerras.u00bb Tereixa Constenla, El País u00abJosé Saramago siempre ha demostrado una imaginación audaz como novelista. Ensayo sobre la ceguera es su obra más sorprendente e inquietante.u00bb Harold Bloom u00abAquí no hay cinismo ni conclusiones, sino solo el reconocimiento lúcido y compasivo de las cosas tal y como son, un atributo que bien puede llamarse sabiduría.u00bb Andrew Miller u00abHay novelas que después de leídas continuarán iluminando túneles en la conciencia, abriendo puertas de habitaciones a las que no nos habíamos asomado pese a estar dentro de nosotros.u00bb Juan José Millás