Jerónimo y su hermana Emma ven desde la puerta que da a su jardín en el barrio Cristales, de Cali, la lluvia que cae sin tregua. El padre se debate entre quedarse en su casa con lo poco que les queda o unirse con sus hijos y su mujer enferma a alguna de las caravanas de los más desesperados. Mientras el día de la decisión definitiva llega, los dos hermanos intentan entretener sus horas con precarios juegos: hacer viajes imaginarios en el carro de los vecinos, inventar caucheras, salir de cacería. No se alcanzan a imaginar que un giro definitivo revelará en cuál de todos ellos reside la peor de las violencias.