La conciencia mundial ha despertado, y en la mayoría de los países dónde se frenó la construcción de nuevas nucleoeléctricas se reconsideran los planes para volver a la utilización de esta fuente, siendo las principales razones para esta reconsideración: la preocupación por el cambio climático y la nueva percepción mundial sobre los límites de las reservas de los combustibles fósiles. El retorno mundial del interés por la energía nuclear, obligan a repensar la política energética de México cuya estructura es demasiado dependiente de los hidrocarburos y de la importación de gas natural licuado y otros energéticos.