Hasta la publicación de El proceso de la civilización, la sociología no se había planteado la posibilidad de estudiar simultáneamente las transformaciones en las estructuras sociales y la personalidad. Norbert Elias desarrolló una sociología basada en el empirismo, alejada de dogmas, que condujo a una nueva definición de los conceptos de identidad y autoestima, así como a un nuevo entendimiento de los hombres como participantes en un espacio donde se ponen en juego determinadas relaciones de libertad.