En la actualidad, en Occidente, existe una tendencia que podría extenderse a todo el mundo globalizado: la actividad sexual está en constante disminución, en especial entre los más jóvenes. ¿Cuál es el origen de esta renuncia? ¿Cómo es posible que un fenómeno de tal magnitud tenga lugar en una sociedad que, gracias a la revolución sexual, parecía haberse liberado de tabúes y prohibiciones? Estas son las preguntas que intenta responder Luigi Zoja en La pérdida del deseo. La sexualidad, que ocupó un lugar central en el siglo xx, es uno de los indicadores de una sociedad abierta; sin embargo, afirma Zoja, esta sociedad abierta no es todavía una sociedad libre. Los criterios válidos para definir la libertad son psicológicos, y la mente en el siglo xxi tiene más miedos que en épocas precedentes.