El escritor más enigmático de la tradición alemana no solo preparó el camino y forjó el gran estilo de la literatura contemporánea, sino que fijó también el prototipo del poeta del siglo XX: ciudadano de un imperio en derrumbe, funcionario diligente y desengañado, lector voraz de los clásicos europeos, amante apasionado y desdichado, humorista incomprendido, soñador irredento en el poder transformador de la literatura.